El insomnio y su tratamiento

El insomnio es una patología muy frecuente en la población general; se presenta prácticamente en todos los grupos de edad, pero a medida que nos hacemos mayores se hace más presente.

El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño, para mantenerlo o para conseguir un sueño reparador. Además, se acompaña generalmente de fatiga diurna, sensación de malestar personal significativo y deterioro de las relaciones en el ámbito social, laboral así como en otros ámbitos importantes de la actividad personal.

En definitiva, provoca alteraciones del estado físico y mental, así como con un deterioro significativo en la calidad de vida, e incluso se le ha relacionado con un aumento en el uso de los servicios de salud y por tanto del coste sanitario.

Causas del insomnio

Lamentablemente, el insomnio no puede ser atribuido a una sola causa. Puede estar relacionado con numerosas situaciones clínicas como artritis, reflujo gastroesofágico, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal , enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes tipo 2, enfermedades mentales (Alzheimer, Parkinson), etc.

También puede estar relacionado con situaciones de estrés, consumo de alcohol o drogas, o algunos fármacos.

Tratamiento del insomnio

No existe un tratamiento estándar para el insomnio, es necesario abordarlo de manera individualizada para cada persona, por lo que resulta fundamental acudir a un profesional sanitario para valorar la situación y abordarla de la manera más adecuada a cada paciente.

“Es importante una estrecha colaboración entre el paciente y los profesionales sanitarios para conseguir un abordaje óptimo del insomnio”

Los objetivos del tratamiento deben ser mejorar la cantidad y calidad del sueño y disminuir las repercusiones del insomnio en la vida diaria.

Además, el tratamiento debe estar basado en estrategias no farmacológicas, recurriendo a fármacos únicamente como ayuda o complemento.

Existen técnicas psicológicas y conductuales, realizadas por personal cualificado, que han mostrado ser efectivas tanto a corto como a largo plazo, lo que supone una clara ventaja sobre la terapia farmacológica. Tanto es así que se recomiendan en todas las formas de insomnio.

Higiene del sueño

Por otro lado, como base de cualquier tratamiento, se recomienda seguir las siguientes recomendaciones, que se conocen como “Higiene del Sueño”:

• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño.
• Levantarse todos los días a la misma hora, incluidos los fines de semana.
• Evitar las siestas durante el día.
• Evitar quedarse en la cama más tiempo del necesario.
• Reducir o evitar el consumo de alcohol y bebidas estimulantes como el café, especialmente a partir de las 17:00 horas.
• Evitar comidas copiosas antes de acostarse.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura, ruidos, luz).
• Evitar actividades estresantes en las horas previas a acostarse, TV, tabletas, móvil, etc.
• Realizar un ejercicio moderado al final de la tarde. Es preferible evitar el ejercicio dos horas antes de acostarse.
• Practicar ejercicios de relajación antes de acostarse.
• Establecer una rutina antes de acostarse, realizándola cada día y en el mismo orden (tomar algo caliente, leer un rato, lavarse los dientes, etc.).
• Tomar baños de agua a temperatura corporal por su efecto relajante.
• Si en unos 30-45 minutos no se concilia el sueño, debe salir de la cama y de la habitación y realizar una actividad relajante y monótona hasta sentir sueño de nuevo y solo entonces volver a la cama. Esto debe repetirse las veces que sea necesario.

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Para ayudar a conciliar el sueño también se puede acudir a plantas medicinales (por ejemplo, valeriana o lúpulo) o complementos alimenticios (por ejemplo, con melatonina o triptófano) pero debe consultar con su farmacéutico o médico ya que existen una serie de consideraciones que se deben tener en cuenta.

En cuanto a los fármacos (benzodiacepinas, fármacos Z) siempre deben ser prescritos por un médico y no acudir nunca a la automedicación ya que son medicamentos que causan dependencia y deben ser usados a la dosis mínima eficaz y durante el menor tiempo posible, por lo que su toma necesita control y seguimiento.

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Imagen Insomnio CC-BY-SA Andrés Nieto Porras