Anemia por deficiencia de hierro
¿Qué es el hierro y por qué es importante?
El hierro es un mineral esencial para nuestro cuerpo. Su principal función es formar parte de la hemoglobina, una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y se encarga de transportar el oxígeno desde los pulmones hacia todas las células del cuerpo.
Sin suficiente hierro, los tejidos no reciben el oxígeno necesario para funcionar correctamente.
¿Cómo se encuentra el hierro en nuestro cuerpo?
El hierro podemos encontrarlo en tres formas principales:
- Hierro ligado a la hemoglobina: constituye la mayor reserva de hierro en nuestro cuerpo y transporta oxígeno desde los pulmones a los tejidos.
- Hierro almacenado: se encuentra en forma de ferritina y hemosiderina en el hígado, bazo y médula ósea.
- Hierro transportado: se moviliza a través de la sangre unido a una proteína llamada transferrina, que lo lleva a las células que lo necesitan.
¿Cómo se transporta el hierro?
El hierro no circula libremente en el cuerpo. La transferrina es la encargada de recoger el hierro absorbido en el intestino y transportarlo a los órganos y tejidos que lo requieren, especialmente a la médula ósea para la formación de nuevos glóbulos rojos.
¿Qué es la anemia por deficiencia de hierro?
La anemia por deficiencia de hierro o anemia ferropénica se produce cuando las reservas de hierro son tan bajas que el cuerpo no puede producir suficientes glóbulos rojos sanos.
Como resultado, los órganos y tejidos reciben menos oxígeno, lo cuál puede provocar síntomas como:
- Cansancio excesivo.
- Palidez.
- Falta de concentración.
- Mareos.
- Uñas frágiles.
- Caída del cabello.
¿Cómo se detecta?
El diagnóstico de la anemia se realiza mediante análisis de sangre que mide:
- Hemoglobina: en casos de anemia por deficiencia de hierro suele estar baja.
- Ferritina: indica las reservas de hierro.
- Transferrina: puede estar elevada, indicando que el cuerpo busca más hierro.
Causas comunes de la deficiencia de hierro
Las principales causas de la deficiencia de hierro son:
- Dieta pobre en hierro.
- Pérdidas menstruales abundantes.
- Sangrados digestivos.
- Embarazo (por aumento de las demandas de hierro).
- Problemas de absorción intestinal.
Tratamiento de la deficiencia de hierro
El tratamiento depende de la causa, pero generalmente incluye:
- Suplementos o medicamentos de hierro: presentes en comprimidos, sobres o solución oral. Se recomienda tomar (en función de la situación de cada paciente) con el estómago vacío o asociado a vitamina C para mejorar la absorción. En casos de deficiencias graves o cuando no se tolera el hierro por vía oral se podría administrar hierro intravenoso (permite administrar el hierro de manera rápida y en pocas sesiones se pueden restaurar los niveles) o, incluso, transfusiones de sangre.
- Corrección de la causa subyacente: resolución de sangrados o mejoras en la dieta.
Alguno de los suplementos que puedes encontrar en nuestra farmacia para ayudarte con la deficiencia de hierro están:
- Suplementos con hierro microencapsulado que recubren el hierro para protegerlo de la acidez del estómago y permitir una liberación progresiva a nivel intestinal.


Suplementos con hierro sucrosomado que utilizan una formulación de recubrimiento de mayor calidad, favoreciendo una absorción más óptima aún que con el hierro microencapsulado.

Vitamina C: vitamina clave para la mejora en la absorción de hierro.


Consejos nutricionales para prevenir o tratar la anemia
Se recomienda:
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en hierro: carnes rojas, hígado, mariscos, legumbres, espinacas, frutos secos.
- Combinar alimentos ricos en hierro con aquellos que son fuente de vitamina C (cítricos, kiwi, pimientos) para mejorar la absorción.
- Evitar tomar café, té y lácteos en las comidas principales, ya que dificultan la absorción del hierro.
- Incluir alimentos fortificados con hierro, como por ejemplo ciertos cereales, panes o leches.
Recomendaciones extra para el paciente
- No interrumpir el tratamiento antes de tiempo, aunque los síntomas mejoren. Lo ideal es seguir el tratamiento hasta que los niveles de hierro se normalicen y las reservas se restablezcan.
- Si se presentan molestias digestivas, consulta con tu médico o farmacéutico para ajustar la dosis y/o la formulación que estés tomando.
- Realiza controles analíticos de manera periódica para asegurar que los niveles de hierro se restablecen o se mantienen adecuados.

